Muchas veces nos preguntamos cómo debemos ir vestidas y maquilladas a una boda, qué sería lo más adecuado, si el peinado que nos gusta ‘pega’ con el estilo del tocado que vamos a llevar, si los tonos pastel nos realzan realmente nuestros rasgos faciales… Y como hay un mundo de posibilidades, os damos algunos consejillos que pueden haceros ver la luz al final del túnel.

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1. No olvides la dosis de protocolo de rigor: Aunque cada vez se tiende a respetar menos, el protocolo es el protocolo. Las nociones básicas nos prohíben vestirnos en cualquier boda que se precie de dos colores: blanco y negro. Las razones tienen cierta lógica: el blanco es el color de la novia y ésta es la gran protagonista. Nadie puede eclipsarla ni usar este color en su look. Se aceptan, aunque no sea lo más recomendable los tonos beiges.
El negro se asocia en nuestra sociedad con la tristeza y la muerte. Consecuentemente, no es un color adecuado para una celebración de estas características, aunque es un color asociado con la elegancia.

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2. Prepara tu piel para lucirla radiante el gran día: Relájate, concédete un momento para ti, para un masaje, un tratamiento de hidratación intensa Dermobraum y deja que tus músculos se relajen y que tu piel se terse. Así permanecerá perfecta en la celebración. Las novias tienen esto muy en cuenta, de hecho en los bonos nupciales que ofrecemos se presta especial atención al cuidado de la piel.

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3.  De mañana ve natural y de corto: En bodas matinales se recomienda llevar un vestido o traje de chaqueta por encima de la rodilla o ligeramente por debajo de ésta. El look ganador es el natural. Maquillaje de tonos suaves, que realcen nuestras facciones y colores alegres y pastel.
El pelo recogido o semirrecogido es ideal, pero eso sí, asegúrate de que te vaya a aguantar hasta el final de la jornada. No hay nada peor que una invitada despeinada. ¡Nosotros nos ofrecemos voluntarios para hacértelo y te garantizamos que irás bien peinada hasta el final de la fiesta!

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4. De tarde ve sofisticada y de largo: Si la boda es por la tarde-noche, entonces la indumentaria larga y sofisticada es lo que se lleva. El maquillaje llamativo está a la orden del día: rojos y fucsias para los labios; perla, plata y negro para los ojos.
El brillo puede ser el protagonista de tu look. Da rienda suelta a las lentejuelas, los brillantes, los lazos…. pero siempre con elegancia y evitando el efecto recargado. Los llamados looks “árboles de navidad” no triunfan.
Para el pelo, recogido con tocado o con algún adorno acorde con nuestro estilo.

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5. Menos es más: Como todo en la vida, ‘menos es más’. No por llevar más complementos, adornos o joyas se está más guapa. La regla de oro es: las indumentarias sencillas aceptan accesorios llamativos y peinados complicados, las indumentarias sofisticadas no deben recargarse más. Para estas últimas es esencial elegir cuidadosamente un peinado sencillo y accesorios simples.

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6. Los zapatos con tacón, pero sin exagerar: Sabemos que el tacón estiliza y favorece, pero no debemos abusar. Si no estamos acostumbradas, es mejor elegir unos zapatos medianamente cómodos aunque sin renunciar a los 5 cm de rigor. Evitar los tacones de aguja si no queréis morir a mitad de la noche. Un truco es decantarse por unos que lleven una ligera plataforma en la parte superior. ¡Se nota!

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7. Cuida los pequeños detalles y sé feliz. No hay poción mágica más eficaz para estar bella que la felicidad en estado puro.